El hijo de Doña Leonor de Plantagenet
nacido en Cuenca
hace 825 años
José María Rodríguez González. Profesor e investigador histórico
El 29 de noviembre de 1189 nacía en Cuenca el Infante Don
Fernando, hijo del Rey Alfonso VIII y Doña Leonor de Plantagenet.
Los padres de la reina fueron, la gran Leonor de
Aquitania, por derecho propio duquesa de Aquitania y Guyena y condesa de
Gascuña y reina consorte de Francia (1137-1152) y reina consorte de Inglaterra
(1154-1189) y su padre Enrique II Plantagenet, Rey de Inglaterra, Duque de Normandía
y Aquitania y Conde de Anjou. Emplearon a la joven Leonor de Plantagenet como
pieza de ajedrez casándola con nuestro joven rey D. Alfonso VIII. Ella tenía 10
años y él 15. La mayoría de edad se tenía a los 14 años. Su matrimonio sirvió
para reforzar nuestras fronteras con Francia.
Doña Leonor tuvo a lo largo de su vida diez hijos. Don
Fernando nació en Cuenca, fue el sexto,
pues antes nacieron: Berenguela (1179-1246), Sancho (abril 1181 - julio 1181),
Sancha (1182 -1184), Urraca (1186-1220), Blanca (1188-1252) y Don Fernando que
nació el 29 de noviembre de 1189 y murió en Madrid el 14 de octubre de 1211,
heredero de la Corona de Castilla. Y después nacieron: Mafalda de Castilla
(1191-1204), Leonor (1190-1244), Constanza de Castilla (1195-1243) y Enrique
(1204-1217) que sucedió a su padre, Alfonso VIII, con el nombre de Enrique I.
El nacimiento de Don Fernando vino a coincidir con la
terminación de la guerra que sostenía Castilla con el reino de León, cuyo
monarca pidió la paz ese mismo año, siendo una de la cláusulas de capitulación el
matrimonio con la infanta Doña Berenguela, hija mayor de Alfonso VIII.
Escena de Alumbramiento según la Biblia Maciejowski (folio 19, hacia 1240). |
Como la codicia no tiene límite, diré que Doña Berenguela
había sido prometida con capítulos matrimoniales y firmados al hijo de Federico
I, Emperador de Alemania, el apuesto Conrado Barbarroja; pero al nacer Don
Fernando, que heredaba el trono de su padre se deshizo el acuerdo. De no haber
sido varón el nacido, el trono lo hubiera heredado su hermana y Conrado hubiera
sido rey consorte.
Es de suponer, que la ciudad de Cuenca celebraría el
acontecimiento. Aun cuando nada dicen
las crónicas, que hasta ahora se conocen, de la fiesta con que se celebraron
tales acontecimientos, es indudable que las hubo. Como eran tiempos de
continuas batallas y con ello también eran aficionados a la buena y abundante
mesa, es de suponer que aprovecharían el acontecimiento para aumentar el
condumio de los varios yantares diarios, el almuerzo a la hora tercia, luego la
merienda y después la comida del anochecer que tiempos más tarde la llamarían
cena. Las mesas abundaría la carne de caza, entre platos de huevos, cuajadas y
dulces irían los yantares que con sólo el cuchillo y la cuchara tomarían de las
bandejas, al ser el tenedor mucho más moderno, aunque la gente bien, cumpliera
los preceptos que luego había de ordenar Alfonso X para ser enseñada a los
príncipes: “non les deben consentir que
tomen el bocado con todos los cinco dedos de la mano, para que non les fagan
grandes”.
Las actividades que se llevarían a cabo pudieron ser, los
caballeros se divertirían bohordando o tirando con arco y ballesta, sirviendo a la vez de distracción
pública, mientras los plebeyos tiraban a la barra, lanzaban piedras o jugaban a
los bolos y quién sabe si ya conocerían las vaquillas enmaromadas, que siempre
fueron los conquenses aficionados a los toros y en el patio del Alcázar los
disfrutaran.
¿Don Fernando se crió en Cuenca? No hay crónica que diga
lo contrario, por lo que es de suponer que pasó su niñez en esta misma ciudad.
Don Fernando alimentó las esperanzas de sus padres y de los súbditos con su
valentía y buen carácter. Sin embargo, murió en 1211, con tan sólo veintidós
años, tras una expedición contra los
musulmanes por Montánchez y Trujillo.
¿Se sabe algo más de Don Fernando? Si, al comienzo del
siglo XIII el único enemigo que le quedaba a Alfonso VIII era los almohades.
Había sufrido una derrota en Alarcos y es de suponer que tuviera sed de resarcimiento.
La lucha contra musulmanes era una fuente de prestigio al estar apoyada por el
Papa. Alfonso VIII decide no renovar la tregua con los Almohades en 1210 y
prepararse para la confrontación. El infante Don Fernando, hijo de Alfonso
VIII, era uno de los mayores partidarios de no renovar la tregua y escribió al
Papa Inocencio III en 1210 explicándole sus deseos. El Papa responde en diciembre de ese mismo año exhortando a los
obispos hispanos a que predicaran desde los púlpitos la guerra y otorgaran a
los participantes en la lucha los mismos derechos que a los cruzados,
concediendo todo tipo de indulgencias y en marzo de 1211, el Papa amenaza de
excomunión, por medio de una bula, a quien se atreva a atacar a otro reino
cristiano inmerso en esta cruzada, finalizando los conflictos fronterizos que
dividían a los reinos cristianos. Como se ve Don Fernando era un joven valiente
que acompañaba a su padre en las batallas que se celebraron durante su
existencia. En 1211 a su regreso murió en Madrid de fiebres.
Las esperanzas que se pusieron en la persona de Don
Fernando se fueron al traste, ocasionando un profundo dolor con su pérdida. A
su muerte el trovador Guiraut de Calanson señala que Don Fernando era “agradable
en toda acción” y “amable” en el aprecio tanto de la dama como del caudillo,
como demuestra el planh (1*) de Guiraut
de Calanson, las affabilitas (las virtudes) está bien documentada en la poesía
trovadoresca de la corte de Alfonso VIII.
Escena cortesana, con trovador incluido, según la Biblia Maciejowski (folio 26, hacia 1240). |
Decían de Don Fernando: “Si Dios hubiera placido amar tanto a este mundo, debiera haber sido
caudillo e guía, Fernando, el hermoso, el bueno, el agradable en toda acción,
el liberal, el franco, el valiente y el amable, con el que parecía que fuesen
compensadlos el Joven Rey, Ricardo el famoso y el conde Jaufré, los tres
valiente hermanos, a quienes se parecía en cuerpo y facciones, y en magnanimidad
y en ser padre de todos los bienes, que ahora es dolor de valentía y de
generosidad”. Como ves el planh (1*) destaca primero la belleza del infante y luego afirma su
parecido físico con sus tres tíos: Guillermo de Inglaterra, el famoso Ricardo
Corazón de León y el conde Godofredo de Bretaña, cuya agradable presencia
física se suponía.
Cuenca, noviembre de 2014
Fuentes:
-
(1*) Planh:
Obra lírica.
-
“Leonor de Plantagenet y la
consolidación castellana en el reino de Alfonso VIII”. José Manuel (2012).
-
Poesía juglaresca y juglares. Orígenes
de las literaturas románicas. 1942. Madrid. Austral 1991.
-
“Curia y cortes en el reino de
Castilla”. Las cortes de Castilla y León en la Edad Media. Vol.1 Valladolid:
Cortes de Castilla y León, 1988.
-
Los trovadores en España. 1861.
Barcelona CSIC, 1966
-
La Literatura en la corte de Alfonso
VIII de Castilla. Antonio Sánchez Jiménez.
Como en anteriores publicaciones, gracias por este nuevo y magnifico articulo, que refuerza más la historia de Cuenca. Gracias por ello.
ResponderEliminar